Voy a colgar un artículo que finalmente no vio la luz y que me encantaría que l@s que estais encargados de alimentar niños lo leyerais con atención. Es un poco extenso, lo publicaré en dos entradas y en la última facilitaré un link con el artículo completo en pdf. Se que es bastante técnico, de todas formas trato que dentro de lo técnico sea entendible. Para cualquier duda que tengais por favor comentar abajo del artículo, así las dudas serán puestas en común y todos podremos aportar algo de nuestra sabiduría.
REPERCUSIONES DE LA ALIMENTACIÓN EN EL ESTADO DE ÁNIMO DE LOS NIÑOS
(parte 1/2)
El
cuerpo humano, y toda la naturaleza en general, es una gran fábrica
química. Y la alimentación es la vía mayoritaria por donde llega a
nuestro interior las materias primas para esta fábrica. Claro que,
no es lo mismo hablar del cuerpo de un adulto que del cuerpo de un
niño.
Hay
claras diferencias. Es de saber popular que cuanto menos pese un
individuo, menor es la dosis que hace falta para que una sustancia
haga efecto. Por eso es que existen aspirinas infantiles, que las
recomendaciones diarias de nutrientes para niños son menores y que
la dosis de veneno que surte efecto también es menor. Y es que
cuando se es niño, realmente, se es mucho más sensible.
Traduciendo
esto al tema que nos ocupa, hay alimentos que por contener
determinadas sustancias, modulan el estado de ánimo, y en un niño,
más aún. Esto se ve claro con los estimulantes, no se le debe dar
ningún alimento que contenga cafeína a un niño, puesto que le
excitaría sobremanera.
Otro
ingrediente mucho más común que puede afectar al estado de ánimo
del niño es el azúcar. El azúcar es una gran fuente energética,
varios tipos de azúcares están presentes naturalmente en alimentos
como la fruta o la leche, pero en estos alimentos se encuentran de
manera equilibrada y acompañados de los otros nutrientes del
alimento, estos azúcares son positivos.
En
contraposición, el azúcar que es añadido como ingrediente en gran
cantidad de alimentos preparados, no lo es. Este a la larga puede
generar patologías como obesidad y diabetes mellitus, y también
tiene la capacidad de generar irritabilidad.
Este
efecto viene dado por que al entrar grandes cantidades de azúcar al
torrente sanguíneo, el cuerpo genera a su vez gran cantidad de la
hormona insulina, provocando una bajada brusca de los niveles de
glucosa en la sangre (hipoglucemia reaccional). Esto a su vez
desencadena un estado de estrés que conlleva la liberación de
catecolaminas, hormonas responsables en última instancia de la
irritabilidad, el aumento de la actividad motora y de la
impulsividad. Por todo esto es recomendable una dieta tanto en niños
como en adultos con el mínimo de azúcares añadidos.
(Continúa la semana que viene)
Rubén
Zuñeda Bustamante. 2011.
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