¿Porqué diferenciar la osteopatía para adultos de aquella para niños y bebés?
El adulto puede expresar sus síntomas y dolencias con palabras y nos da mucha información verbal valiosa para el diagnóstico.
El bebé se enfrenta a una incapacidad de comunicación, o mejor dicho somos a menudo incapaces de entender lo que nos comunica por el llanto.
El mundo psicológico de los niños hace que no cuenten las cosas desde la misma perspectiva que nosotros y hay que ser más fino en el descifrar el lenguage corporal y sobre todo dejarse guiar por la información que contiene el cuerpo de nuestro pequeño paciente.
En osteopatía percibimos con las manos mucha información de tipo densidad, tensión, velocidad de los tejidos. Hay un margen de "normalidad" y tenemos que detectar las variaciones. Con los peques todo está en esta sencibilidad manual.
Las técnicas utilizadas son las mismas para un adulto que para un bebé, aún que hay que tomar en concideración la fragilidad y la plasticidad mayor que tienen los últimos.
El tipo de lesiones que encontramos en los bebés es muy relacionado con el parto.
El nacimiento es un momento normal de la vida, con sus fuerzas de compresión inmensas y su descarga de adrenalina (equivale a la de un hombre teniendo un infarto).
Muy rápidamente puede transformarse en un momento problemático con torsiones, compresiones (cuando está bloqueado), estrangulaciones por el cordón, secuelas de fórceps y ventosas, etc.
Como son "de goma", todo esto se suele compensar y no dar mucho problema (visible) justo después del parto.
Pero hay que desprogramar todas estas tensiones físicas de alguna manera, sino son bebés plagiocefália, que no maman bien, no paran de regurgitar, no duermen, lloran muchisimo "desesperando" a los padres, etc.
También pueden ser problemas más tardíos de dificultad para ponerse de pie o andar, escoliosis, problemas ORL a repetición, etc.
La soltura que tiene el cuerpo y el movimiento, el bienestar en general son importantes para el desarrollo psico-motor, solo tenemos que pensar en el fastidio y el mal humor que nos genera una dolencia para imaginar hasta que punto impide un buen desarrollo y la armonía del niño.
Por esto hay que tratar a los niños y bebés, para que puedan estar más libres y más fuertes frente a las enfermedades comunes.
Al fin y al cabo un adulto solo es un bebé y un niño que se ha hecho mayor, así que a ellos también hay que devolverles su libertad corporal... y no hay mucha diferencia en el tratamiento de unos y de otros, sino más bien en el trato.
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